Cuando suena el timbre, la mujer madura que vive sola en la casa abre la puerta con su bata transparente y se encuentra frente al vecino fornido con el que lleva años fantaseando; cuando él entra con la excusa de hacer una reparación, la mujer se contonea mientras prepara café, y cuando él la abraza por detrás y le besa el cuello, ella se echa hacia atrás gimiendo. El hombre le quita la bata y le agarra los pechos, mientras que ella le pone la mano en la entrepierna, le baja la cremallera y le saca la polla, que le hace brillar los ojos; se sienta en el sofá y abre las piernas, y el hombre se arrodilla y le lame el coño mientras ella le tira del pelo. Luego se levanta y empuja a la mujer contra la pared, la toma en sus fuertes brazos y le mete su enorme polla hasta la raíz de un solo golpe; la mujer se retuerce de placer gritando, y sus pechos rebotan con cada embestida. A medida que el hombre acelera y bombea, la mujer se corre temblando.