Mientras la oficina cerraba, en el pasillo con las luces apagadas, dos secretarias con curvas se inclinaban sobre la mesa de su jefe para recoger los archivos; cuando se les levantaban las faldas cortas, se les veía la ropa interior, y los ojos del hombre se abrían como platos. El jefe se levantó de su silla y se colocó detrás de ellas, y cuando les puso las manos en las caderas, las mujeres se giraron y se miraron; ambas deseaban locamente el grueso miembro y las fuertes manos del jefe. Una cámara amateur comienza a grabar desde debajo de la mesa, una secretaria se arrodilla y le hace sexo oral al jefe, mientras que la otra se abre los pechos y le da de mamar; el jefe les agarra del pelo y les empuja la garganta por turnos, los gemidos llenan la oficina.