La joven rusa, que acaba de darse una ducha caliente, baja a la cocina a beber agua con el albornoz entreabierto; su compañero de piso se excita al ver sus grandes pechos naturales y sus nalgas redondeadas asomando por debajo del albornoz, y la chica se acerca sonriendo y se quita el albornoz por los hombros. El hombre le agarra los pechos y le chupa los pezones, mientras la chica gime y le agarra la polla, se apoya en la encimera y abre las piernas; el hombre se arrodilla y le lame el coño mojado, mientras la chica le tira del pelo y le empuja más hacia abajo. Luego, tumba a la chica sobre la encimera y le mete la polla gruesa hasta la raíz de un solo golpe, los pechos grandes rebotan con cada embestida y la chica grita de placer, suplicando que sea más duro. El hombre la agarra por la cintura y la folla como un loco, la chica se estremece, aprieta el coño y se corre.