Una mujer en bikini es susceptible de ser objeto de deseo por parte de un hombre que la observa mientras nada en el mar. La mujer se comunica con el hombre para invitarlo a acercarse y conversar en ese lugar. El caballero, profundamente impresionado por la belleza de la joven, le extiende una invitación a su residencia estival, ubicada en las cercanías. La joven manifiesta un interés romántico hacia el sujeto en cuestión y considera la posibilidad de compartir tiempo con él. El hombre, por su parte, se esfuerza diligentemente por no perderla y comparte con ella sus experiencias íntimas, manteniendo relaciones sexuales de manera intensa y apasionada. El sonido de los gemidos emitidos por la joven resuena en las paredes del dormitorio, llenando la habitación de una atmósfera de alegría.