Entre toma y toma, en el camerino, Casey se peina nerviosamente frente al espejo cuando el asistente del director le lleva un vaso de agua. La chica se gira de repente y descarga su ira en el hombre, pero sus miradas se convierten de pronto en fuego ardiente; Casey le arranca la camiseta al hombre y se pega a sus labios, y él la coge en brazos y la sienta en la mesa de maquillaje. Le quita la falda y le aparta el tanga, y sus dedos se deslizan por su coño empapado. Casey gime, abre las piernas y le baja la cremallera, agarrándole la polla gruesa y dirigiéndola hacia su interior. Cuando el hombre la penetra hasta el fondo de un solo golpe, Casey grita y mueve las caderas sacudiendo la mesa; mientras el hombre le chupa los pechos y le frota el clítoris, Casey le clava las uñas en la espalda. Ambos tiemblan sudorosos mientras se mueven rápidamente, y Casey se corre gritando.